La ma�ana del 7 de junio de 1880 nuestra bandera no solo flame� al tope en el ensangrentado Morro de Arica hasta el momento en que se consum� la tragedia con el holocausto de�Francisco Bolognesi, Juan Guillermo Moore y de gran n�mero de oficiales y soldados. Tambi�n onde� en el mar, impoluta, en los m�stiles de dos buques peruanos: el monitor Manco C�pac y la lancha torpedera Alianza. A�oso, obsoleto, construido para la navegaci�n fluvial, apenas algo m�s que una bater�a flotante, el primero; fr�gil, peque�a, casi inerme, la segunda. Ambos buques hab�an defendido la rada de Arica en la etapa previa al asalto final del invasor. Un d�a antes, el 6 de junio, el monitor Manco C�pac, gracias al esfuerzo tit�nico de su gallarda tripulaci�n, hab�a encendido sus maltrechas calderas y, en son de combate, con pausado andar, zarp� del fondeadero para cambiar disparos por m�s de 60 minutos con el blindado chileno Cochrane.

En las primeras horas del d�a 7, el capit�n de fragata Jos� S�nchez Lagomarsino (1843 � 1898), comandante del Manco C�pac, se dio cuenta que todo estaba perdido en Arica y entonces decidi� hundir su buque para que no se convirtiera en trofeo del enemigo. Dada la orden, fue puesta en pr�ctica con admirable eficacia y entereza, qued�ndose la dotaci�n en sus puestos de combate hasta que el agua invadi� la m�quina, el sollado, las c�maras y la santab�rbara del viejo monitor. Reci�n entonces nuestros marinos abandonaron el buque que termin� de hundirse al estallar las cargas de dinamita que se le hab�an colocado. Con sus pabellones �al asta y tope de su torre�, fuera del puerto, en el centro mismo de la bah�a, se hundi� a las 8.42 de la ma�ana. Los hombres del Manco C�pac fueron hechos prisioneros y llevados a bordo del transporte chileno Itata, desde donde S�nchez Lagomarsino redact� el parte oficial correspondiente dando cuenta de la elevada moral y austera conducta de la dotaci�n que lo secund� durante la ruda campa�a. Peruanos a los cuales �ni la desnudez ni privaciones de todo g�nero en las excepcionales condiciones del Monitor - se�ala el documento aludido - aminor� jam�s su decisi�n y empe�o por cumplir del mejor modo posible el sagrado deber de defender la patria�.

Casi al mismo tiempo que se hund�a el Manco C�pac, la lancha torpedera Alianza, aquella diminuta embarcaci�n llevada por el comandante Manuel Villavicencio a bordo de la corbeta Uni�n la vez que rompi� en dos oportunidades el bloqueo de Arica, intent� escapar, cumpliendo �rdenes de S�nchez Lagomarsino, rumbo al Callao. Inici� la marcha perseguida por el blindado Cochrane y el transporte artillado Loa. Poco despu�s, el teniente primero Manuel Fern�ndez D�vila (1840 � 1908) comandante de la torpedera, comprendi� que la empresa era imposible, ya que la caldera de la peque�a nave, por el esfuerzo a la que fue sometida, qued� seriamente averiada. Fern�ndez D�vila decidi� entonces destruir la lancha a una milla al sur del Cabo Picat� desembarcando all� a su dotaci�n que emprendi� la marcha por tierra con direcci�n a Moquegua. Desgraciadamente, todos cayeron en manos de una patrulla de caballer�a chilena.

Oficiales y tripulantes de ambos buques fueron llevados a San Bernardo, en Chile, prisioneros de guerra, y all� permaneci� la mayor�a de ellos hasta la finalizaci�n de la contienda, pudiendo reci�n entonces retornar a la patria. Despu�s de la guerra con Chile, S�nchez Lagomarsino fue prefecto de La Libertad y posteriormente de Lambayeque. Ascendi� a capit�n de nav�o y fue designado director de Marina donde llev� a cabo una estupenda labor. El 2 de enero de 1888 fue comisionado para tomar posesi�n de los vapores Yavar� y Yapur� adquiridos por el gobierno del general Andr�s A. C�ceres. Jos� S�nchez Lagomarsino estuvo casado con do�a Beatriz Da�ino Rodr�guez.

A Manuel Fern�ndez D�vila le cupo un papel muy importante en el dif�cil proceso de recuperaci�n de nuestra Marina de Guerra. Todo estaba por hacer y junto a otros oficiales, tan valiosos como �l, no dud� en aceptar el al mismo tiempo duro y patri�tico reto. Fern�ndez D�vila form� parte de la dotaci�n de las primeras unidades navales con las que se pudo contar despu�s de la Guerra del Pac�fico. Lleg� a la jerarqu�a de capit�n de fragata. Estuvo casado con do�a Luc�a Guillet.